Salones de belleza y spas se han replicado sin medida, haciendo difícil diferenciarse unos de otros. Detalles como el espacio, la luz y la presentación del staff entre otros se conjugan para atraer a nuevos clientes y fidelizar a los existentes. Conoce la historia de Mariela Diaz, una empresaria que renovó la imagen de su centro de belleza, enfocándose en uno de los detalles más olvidados de la industria.
Mariela, tiene una peluquería que comenzó haciendo manicure, pedicure y cortes de pelo. Ahora incursiona en servicios de bienestar como masajes y sesiones de relajación, ella nos cuenta sobre la importancia de la presentación de sus empleados y de cómo esta mejora la experiencia de sus clientes.
“La primera impresión que tiene un cliente al entrar en mi peluquería es la más importante. Puede ser por la fachada, el ambiente, la iluminación o el estado del lugar. El aseo de mi negocio y la presentación del personal con quien trabajo, ha sido mi foco principal, entendí que esto puede lograr que un cliente vuelva o que salga corriendo despavorido para no volver…”
Cuando un cliente entra a un salón de belleza, es clave que pueda reconocer a quién dirigirse para que lo asesore y acompañe para brindarle el servicio que necesita. Mariela, nos cuenta:
“Los clientes regulares llegan por citas agendadas con sus peluqueros de confianza. Cuando son clientes nuevos, necesitan de una persona que les ayude a entender la dinámica del sitio. Por esto se me ocurrió que la recepcionista debía estar vestida diferente, para que se destacara de los demás empleados y así facilitara el proceso.”
Esta persona está encargada de recibir y asistir a los clientes, por eso la amabilidad, simpatía y servicio deben ser cualidades de este perfil.
“Le he dado placas a todos mis empleados con su nombre, para ser reconocidos de forma personal y cercana. Esto también ayuda a que mis clientes recuerden el nombre de las personas que más les gusta que los atiendan.”
Ahora
La placa no es suficiente para proyectar una imagen íntegra del negocio. El uniforme, el lenguaje corporal y la pulcritud de los auxiliares de peluquería, complementan el servicio y la experiencia ideal del cliente. Mariela nos cuenta cómo se debe dinamizar el uniforme de sus empleados para crear regularmente una imagen nueva y fresca.
“Personalmente, me fijo en el estado de los uniformes, las botas de los pantalones, el desgaste del color de las piezas y qué tan cómodo se ve el staff durante las jornadas. Por eso, cambio la dotación del personal una vez al año, para refrescar el ambiente laboral y darle un nuevo aire a la imagen que queremos proyectar. A los clientes les encanta el cambio, y también aprecian el esfuerzo por mejorar su percepción de nosotros.”
Según Mariela, para diseñar sus uniformes, hay que prestar atención a las tendencias de la moda en general, pero considera fundamental que sus empleados estén protegidos. Los químicos y líquidos que se manejan constantemente en su peluquería, son riesgos a los que se enfrenta ella y sus empleados. Pero el contacto con las personas puede ser la entrada a infecciones, enfermedades y contagios, si no se cumplen con las normas de higiene establecidas. Mariela exige no acepta que se utilicen los elementos necesarios para su protección y que sus uniformes sean confeccionados con telas antifluidos.
“Las tendencias cambian anualmente, por eso intento implementar colores como el negro y el blanco combinado con un tono como el verde, el cual representa la imagen de mi peluquería”
Por último, Mariela reconoce que aunque la mayoría de sus empleados son jóvenes y contemporáneos, estos deben cumplir con unos límites básicos de prendas informales, como no utilizar jeans, ni colores que no estén alineados con los del establecimiento.
En una industria cada vez más competitiva, la creatividad e innovación son imprescindibles para un modelo de negocio exitoso.
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Imágenes Vía: Thinkstock