En los últimos veinte años las necesidades en el desempeño del oficio de los profesionales de la salud han cambiado, ahora el oficio requiere de textiles que se acomoden a la vida de los usuarios de manera rápida, dinámica y exigente.
Hoy en día, la mayor protección que un cirujano, un dentista o un enfermero puede tener, es su uniforme. Su profesión les exige protegerse del contacto con pacientes con enfermedades infectocontagiosa, además de fluidos y sustancias.
Evolución de los uniformes de salud
Todo empezó en la década de 1940 cuando las fibras sintéticas tuvieron un lugar dentro de los laboratorios. Del hilo, el algodón y la lana, se pasó al nylon, poliéster, acrílico, spandex y lycra.
Debido a esto, y gracias a la evolución tecnológica de los textiles, hoy conocemos la tecnología antifluidos, que se utiliza en los uniformes relacionados con el área de la salud. Este importante avance en el sector, ha hecho de los textiles escudos protectores que utilizan el poliéster como base, ya que es la fibra más versátil del mercado.
La tecnología anti-fluido
Es clave en los uniformes que visten a las personas que trabajan en el área de la salud, ya que bajo la legislación colombiana, es obligatorio que los textiles repelan los fluidos químicos y biológicos para que no penetren en la tela, evitando así el contacto directo con la piel del profesional.
Diana Rojas, ingeniera de producto, nos explica que el uso tecnológico del poliéster y su versatilidad, fue lo que hizo posible que Uni for me by Lafayette desarrollara las 12 tecnologías que hoy hacen la vida más fácil.
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Imagen 1 Vía : Thinkstock